martes, 17 de febrero de 2009

Caracter del Husky

El Husky Siberiano es un perro de trabajo, dócil y cariñoso, pero a la vez muy vivaz. Se interesa mucho por su entorno, es inteligente, juguetón y aprende rápidamente. Cuando es adulto, puede volverse algo reservado, pero nunca se muestra agresivo con las personas ni con sus congéneres.



No es, en absoluto, un perro adecuado para labores de guardia. Apenas ladra, pero sabe aullar muy bien. En la tierra de la que es originario, él mismo se ha ocupado siempre de su supervivencia, por lo que esta ausencia de cuidados lo hace independiente pero de carácter voluntarioso.


El caracter del Husky Siberiano


A pesar de que siempre está dispuesto a aprender, aún hoy estas características tan peculiares convierten al Husky Siberiano en un «miembro de la familia» difícil de adiestrar. A todo ello hay que añadir su pasión por las carreras y sus cualidades para la caza.


Le gusta vivir en manada y le disgusta la soledad. Desde muy pequeño precisa una educación sistemática con mucha constancia, firmeza y paciencia. Además, para su bienestar físico necesita mucho movimiento y una actividad apropiada a su raza.

sábado, 10 de enero de 2009

Comportamiento del husky

El Husky Siberiano es un perro que, a diferencia de otras muchas resultantes de múltiples cruces, es de raza pura. Pero sigue siendo, ante todo, un auténtico perro de trabajo. De este modo, es particularmente importante que realice una actividad física y reciba un adiestramiento apropiado.



Comportamiento

El Husky Siberiano es un perro que aún se mantiene en estado natural, es decir, conserva su pureza de raza y todas las características inherentes que le sirven para comunicarse en su medio. Sus orejas erguidas pueden adquirir diferentes posiciones.

Su mímica es muy variada, y la zona alrededor del hocico, a menudo de color claro y similar al del lobo, define aún más sus rasgos distintivos. Su cola sin cortar, llevada de forma natural, le sirve también para comunicarse con sus semejantes y su pelo se eriza maravillosamente bien. Para comunicarse también emplea el lenguaje acústico, los mensajes olfativos y los roces.

La mayoría de las veces, expresa sus mensajes mediante un comportamiento global que implica una combinación de todas las señales mencionadas. El repertorio de comportamientos del perro es innato a su raza, y en lo referente al trato con sus congéneres es consecuencia del trato social que ha tenido y del adiestramiento que haya recibido. Este comportamiento en grupo sólo está indicado para perros que manifiesten tener un cierto carácter.


Comportamiento y actividad fisica del husky


El lenguaje corporal
Ocupa un lugar destacado en su vida. Comportamiento de juego: Su Husky le invita a jugar, estiradas sus patas delanteras y tocando el suelo con el cuerpo. También, cuando salta de forma juguetona sobre usted, le empuja con el hocico o corre formando círculos a su alrededor.


Comportamiento dominante: Para expresar su autoridad a otro perro, el Husky estira las extremidades y se mueve rígidamente para parecer más grande. Los pelos del lomo y alrededor del cuello se erizan; las orejas, dispuestas hacia adelante. El cuello, la cabeza y la cola, estirados. También forma parte de este ritual, marcar con la orina o con las heces el territorio y escarbarlo después.


Comportamiento amenazante: Hay que distinguir entre la amenaza ofensiva de la defensiva. La amenaza ofensiva es consecuencia del comportamiento dominante.

Además de las señales descritas anteriormente, el perro enseña los dientes delanteros, inclina ligeramente las orejas hacia los lados y mira fijamente a su rival. En el caso de la amenaza defensiva, que suele expresar un perro más pequeño, tira hacia atrás de las comisuras de los labios y enseña también los dientes posteriores. Por último, el perro se acurruca, mete la cola entre las piernas y las orejas caen hacia atrás hasta tocar con la cabeza.


Sumisión: Si durante una pelea un perro se somete a otro ante la superioridad de su rival, se echa de espaldas en el suelo con la cola recogida. Este comportamiento, llamado de «sumisión pasiva», se expresa con las orejas caídas hacia atrás y, el hocico bien cerrado, estiradas las comisuras de los labios todo lo posible también hacia atrás.

En caso de «sumisión activa», el perro de rango inferior muestra su afecto al de rango superior (también al ser humano). Asimismo, se lame el hocico, se acurruca y mueve la cola vivazmente. A menudo da la «patita», y, los muy sumisos, hasta suelen dejar escapar unas gotas de orina. Pero, como esta actitud en ningún caso guarda relación con las normas de higiene que se le han enseñado durante su adiestramiento, no se puede castigar al perro por ello.


El lenguaje acústico

Ladrar y aullar: Los Husky son perros que ladran poco, aunque si están excitados o en compañía de otros tienden a aullar. La solidaridad con la manada se impone. El Husky abandonado aúlla, porque quiere estar acompañado y no en soledad. Gruñir:

El gruñido es un sonido de aviso. Así, es típico de los comportamientos dominante y de amenaza. Si el perro advierte algo inusual o «sospechoso», por ejemplo para defender la comida ante sus congéneres, gruñe también.


Ladrar lastimeramente y gañir: Los ladridos lastimeros son un signo inequívoco de sumisión frente a otro perro de rango superior al que se somete. Por otro lado, también pueden estar provocados por cierto malestar o excitación. Gañir, sobre todo repentinamente, significa la queja del perro con gritos agudos y repetidos de dolor.

lunes, 10 de noviembre de 2008

El trato para el husky

El Husky es todo actividad. Le gusta mucho correr y trabajar, y es un acompañante ideal para realizar carreras de fondo, excursiones a la montaña o la práctica de deportes de nieve. También, si usted practica la bicicleta le seguirá corriendo a su lado. Y, naturalmente, si se trata de tirar del trineo está en su ambiente.

El enorme entusiasmo con que los Husky esperan la salida antes de una carrera de trineos, ayuda a explicar cómo se sentirá si no mantiene una actividad física adecuada.



¿Cuanto ejercicio físico necesita realizar un Husky?- Globalmente, es posible estimar las horas diarias que precisa pasar con su perro al aire libre, Tendrá que salir con él varias veces y el perro tiene que poder moverse de verdad al menos en una ocasión.

El Husky que no se cansa es muy travieso, revuelve el jardín a su gusto o cambia de lugar algunas cosas del piso. Si tiene un jardín lo suficientemente grande y vallado, puede «invitar» regularmente a un perro que sepa amigable para que ambos correteen por la hierba. Así, apaciguará algo su enorme vitalidad.



En caso de que su Husky se escape...- Un gran acierto es identificar a su perro mediante un microchip. Pida información al veterinario, ya que en algunos lugares es hasta obligatorio. Además, procu¬re que lleve en el collar -o en un estuche adjunto- su número de teléfono.

En caso de que su Husky escape, informe a la Asociación Protectora de Animales más próxima, al veterinario, a la policía local y al servicio municipal o provincial correspondiente.

Comuníquelo a las personas del vecindario, Busque a su perro en bicicleta, llamándolo y silbando reiteradamente. Deje, en el lugar donde desapareció, una de sus prendas con unas golosinas encima, ya que a menudo los perros vuelven al sitio desde donde se escaparon. Si no encuentra a su Husky, ponga un anuncio en el periódico local con los datos precisos y, a su vez, consúltelo a diario por si alguien anuncia que se lo ha encontrado.



El trato adecuado para el husky siberiano



¿Es apropiada la perrera para el Husky?- El habitat idóneo del Husky es en plena naturaleza. Por eso, lo natural de esta raza es tenerla en libertad al aire libre.

La peculiaridad de su pelaje hace que, para protegerse en el invierno, sólo necesite una sencilla caseta con algo de paja. Por eso, para esta especie es perfectamente válido tener a varios perros juntos en una misma perrera; eso sí, ha de ser lo bastante grande como para que puedan moverse con soltura, se les ofrezca la actividad adecuada y se les preste suficiente atención. Sin embargo, nunca se debería tener a un único perro en la perrera. El Husky se sentiría muy solo y, si no está habituado, quizá manifieste tener pánico.



Un Husky solo- En principio, el Husky no debe dejarse solo durante mucho tiempo. Tiene que acostumbrarle, poco a poco y sistemáticamente (Adiestramiento, página 44), a que se quede solo durante cortos periodos de tiempo. Hay algunos Husky que de ningún modo soportan estar solos, y por eso la mayoría de las veces esto tampoco funciona. Si se les deja solos por algu¬na causa, se ponen a aullar o, incluso, puede que se dediquen a causar algún destrozo en la casa.

En estos casos, tiene que modificar su forma de vida de modo que el perro esté siempre cerca de usted; o, en caso contrario, buscar a alguien que lo cuide durante su ausencia. Esto acarrea enormes gastos durante años, y algunas limitaciones personales.

En estos casos, un segundo perro puede facilitar las cosas enormemente. Si este perro también es un Husky, puede incluso pensar en comprarse más adelante un trineo y practicar este apasionante deporte en contacto con la naturaleza. La mayoría de los «musher» comenzaron teniendo un Husky familiar. Pero pronto les picó el gusanillo por los Husky y hoy día tienen cuatro, seis o más perros. Y participan con gran afición en carreras de arrastre de trineos.



Jugar juntos- Un factor determinante en el desarrollo de los Husky es el juego. Mediante la actividad física entrenan el corazón y los músculos, y fortalecen el cuerpo entero. Además, jugar con los congéneres le relaciona con los que considera sus iguales y sienta las bases de su comportamiento social.


Por un lado, jugar con «sus» seres humanos sirve para establecer una estrecha relación; por otro, el perro aprende a respetar al ser humano, siempre que no se le permita mordisquear partes del cuerpo o de la ropa. Tiene que destacar su papel de compañero superior llevando la iniciativa e invitándole a jugar, pero también rechazando algunas de las invitaciones que le haga. Usted decide cuándo termina el juego, a menos que el perro haya desistido con anterioridad.

Durante el juego del perro con los niños, asegúrese de que éstos no estén siempre bajo sus patas. En los juegos de fuerza, como por ejemplo tirar de una toalla vieja, organícelos de tal modo que de vez en cuando sea usted también el «ganador» que se lleva lo que el perro considera la «presa». Dado su matiz, estos juegos no son muy apropiados para que los practiquen los niños.

Los juegos adecuados para los niños son, por ejemplo, los de carreras, los de pelota o los del escondite. Los juegos del escondite consistirán en ocultar golosinas o algún juguete favorito en un lugar, con el objetivo de que el perro lo busque. Mientras se esconde el objeto, se retira el perro a una habitación. Luego, se le saca, se le lleva hasta el lugar del juego y se le Indica que «busque». Después, se le hacen cumplidos elogios. Pronto se dará cuenta de qué trata el juego y participará muy gustoso. Muy divertido, también para muchos perros, es realizar una pequeña carrera de obstáculos por el jardín de la casa o en el campo. No obstante, este tipo de juego requiere un mayor esfuerzo físico y cierta habilidad.

jueves, 16 de octubre de 2008

Las carreras de trineos

En un blog sobre el Husky, no podían faltar las carreras de arrastre de trineos. De larga tradición en algunos países, fueron las gentes de Siberia quienes primero criaron esta raza de perros; les siguieron luego los inuit que se cree organizaban carreras de camino a sus encuentros regulares de confraternidad.

El arrastre de trineos de perros es un deporte moderno, que nació el siglo pasado en Alaska. Era la época de los buscadores de oro, donde se celebraban las carreras de Fairbaks, Klondike y otros lugares de la zona. El objetivo es ser más veloz que el adversario.

Posteriormente se organizaron concursos privados de carreras y algunos encuentros internacionales, que todavía hoy tienen lugar todos los años; así, las carreras de «North American Championship Sled Dog Races» (Campeonato de Carreras de Perros de Trineo de América del Norte), de tres días de duración y un recorrido obligatorio de 70 millas; o «Fur Rendez Vous Sled Dog Race» (carrera de perros de trineo Fur Rendez Vous), de tres días de duración también y celebrada en Anchorage. Otras carreras son: la Yukon West y la de Beringia, en Kamtchatka.

Pero la más famosa y dura es, sin duda, «Iditarod Trail Race» (Carrera de Pista de Iditarod), conocida como «Tha Race» (La Carrera), que recorre más de 1600 Km desde Anchorage hasta Nome.


En Europa, este deporte comienza a practicarse a medidos del siglo XX. Se organizan así carreras de tiro, donde sólo pueden participar los perros de raza nórdicas, cuyo origen se inscribe en algún libro reconocido por la FCI. Además, existen carreras abiertas donde salen en primer lugar perros que no son de raza pura, como los Alaskan-Husky (página 15). En España la carrera de perros nórdicos más importante que se celebra es la «Pirena», que tiene lugar anualmente en los Pirineos.

Las carreras de trineos con perros


Tipos de tiro

Existen distintas categorías, que se distinguen entre ellas en función del número de perros que tiran del trineo y de la longitud de las trails o pistas de la carrera. La categoría Pulka, admite la participación con un solo perro y establece un recorrido con una distancia de entre 8 y 12 km.

La categoría más alta es la abierta, donde el tiro lo forman más de ocho perros que arrastran el trineo durante más de 20 km. El perro se puede enganchar al tiro del trineo, para su arrastre, de distintas maneras. Así, en la categoría Pulka de carreras al estilo escandinavo, el guía de los perros o «musher» va al lado de su tiro con esquís de fondo. La mayoría de las veces, los perros se enganchan uno tras otro formando un tiro en tándem que arrastra con gran éxito el trineo por recorridos estrechos y con muchas curvas, como por las típicas tierras escandinavas. En América los perros se disponen de dos en dos delante del trineo. En esta forma de tiro el líder corre solo abriendo camino, y el «musher» coloca sus pies sobre los patines del trineo dirigiendo a los perros y ayudándoles con los pies en los tramos más difíciles.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Los rasgos de los husky

El Husky Siberiano pertenece al grupo 5° de la FCI (Federación Cinológica Internacional) -perros de tipo Spitz y perros de tipo Primitivo; y, dentro de este grupo, a la sección «Perros Nórdicos de Trineo».


Lo más característico de la procedencia nórdica del Husky Siberiano es su constitución corporal, moderadamente compacta, su pelo tupido, la cola espesa y sus orejas densas de pelo y erguidas. Su constitución corporal le hace capaz de ejercer la función de transporte, arrastrando el trineo con cargas ligeras a grandes distancias.


Los rasgos caracteristicos de los husky

El Husky Siberiano camina con agilidad y, aparentemente, sin esfuerzo. Forma el pelaje un «manto exterior» de pelo primario, y una capa inferior de pelo más denso y suave. Luce -en su extremo posterior- una cola en forma de media luna, erguida pero en ningún caso enrollada. Cuando el perro está en reposo, o trabaja arrastrando el trineo, a menudo su cola cuelga.

Su pelaje tiene una gama de colores que van del negro al blanco puro, con diversidad de formas en la cabeza. Los perros tienen -aproximadamente- una altura de 53 a 60 cm, en la cruz; y las perras, de 51 a 56 cm. El peso oscila en proporción a la talla, situándose entre 20, 5 y 27,5 kg en los perros, y entre 16 y 25,5 kg escasos en las perras.

martes, 26 de agosto de 2008

Las fases en la vida del perro

En el transcurso de tiempo que media desde que el perro es cachorro hasta que se hace adulto, el Husky pasa por algunas fases caracterizadas por sus peculiares necesidades y exigencias.



El cachorro- Durante las primeras 14 semanas, y quizá hasta las 16, hay períodos específicos en los que el cerebro es sensible a determinadas experiencias. Según la particular idiosincrasia del perro, tanto las experiencias positivas como las negativas pueden afectarle a lo largo de su vida. Si se pierden buenas ocasiones para su adiestramiento, es posible que sólo se puedan recuperar con dificultad o que incluso nunca vuelvan a producirse.

En las primeras dos semanas el cachorro está ciego, sordo e incluso desamparado. En esta etapa depende totalmente de su madre y, sin embargo, ya se dan procesos importantes que contribuyen a un desarrollo sano.


Desde la tercera semana hasta la octava fija quiénes son sus congéneres. En un sentido amplio, el ser humano también entra a formar parte de sus congéneres y es extremadamente importante que el cachorro tenga experiencias positivas con distintas personas.

Asimismo, fundamental para su desarrollo sano son las experiencias que le vienen de su entorno; así, por ejemplo, las «aventuras» que puede experimentar en el campo.

El criador es, pues, quien asume en un primer momento la responsabilidad de que los cachorros comiencen bien la vida. Desde la novena semana hasta aproximadamente la decimocuarta el cachorro aprende, jugando con otros perros-congéneres de su misma especie y edad similar, el comportamiento social. Su curiosidad aumenta al ritmo de su desarrollo corporal.



El perro que se destine en el futuro al deporte se le puede dejar, hasta el final de este período, en compañía de su madre y de sus otros hermanos para que aprenda este comportamiento social. Sin embargo, un Husky destinado a ser el perro de la familia se le debería llevar a su nuevo hogar, lo más tardar, a las diez semanas de su nacimiento. Al ser el perro aún pequeño, se tiene la oportunidad de acostumbrarle a su futuro entorno familiar.

La familiarización incluye, además del contacto con distintas personas, la convi¬vencia con otros perros (por ejemplo, cursillos de adiestramiento en el juego; véase más adelante) y la habituación a cosas cotidianas como el tráfico, aglomeraciones de gente, escaleras, ruidos, viajar en coche, etcétera. En esta época el cachorro aprende las primeras órdenes y las reglas básicas de la convivencia con el ser humano.

En ningún caso se puede exigir ahora demasiado al cachorro. A esta edad, un Husky es ya un «verdadero» perro y quiere que se le trate en consecuencia. Si su cachorro lleva ya unos días familiarizándose con el entorno, debería asistir a unos cursillos de adiestramiento donde aprenda a jugar y forje su carácter en el juego. El objetivo de estos cursos es encauzar convenientemente el comportamiento del cachorro frente a sus congéneres y los seres humanos, para adiestrarlo en la fase de socialización. Al mismo tiempo, además de procurarle seguridad frente al entorno, se persigue lograr la autoconfianza del cachorro.

El entrenamiento de los primeros ejercicios de obediencia se realiza jugando. De este modo, el propietario aprende mucho acerca del trato que debe tener para con su perro. Un grupo de cachorros lo formarán seis perros, como mucho ocho, de similares edad y talla. Lo más importante de esta etapa es jugar y explorar juntos, dejando a un lado los ejercicios de obediencia. Si está interesado en este aspecto, pida información al veterinario de su perro o en las asociaciones caninas locales.


Las fases en la vida del perro husky


El perro joven- Entre el tercer y el cuarto mes terminan las fases que forjan el carácter del perro, y todas las experiencias se guardan en su cerebro. A menudo, durante el quinto mes se desarrolla una etapa de rebeldía más o menos acentuada.


En esta fase, el perro joven prueba su capacidad para ser líder de la «manada»: no obedece tan bien como antes y no respeta ciertas prohibiciones que aceptaba habitualmente.


En el tiempo que media del sexto al duodécimo mes, se da la etapa de la pubertad que, a veces, se acom¬paña de otra etapa de rebeldía. Las perras entran, por primera vez, en celo. Los perros, por su parte, levantan una de sus patas traseras y marcan su territorio con orina. Lo más importante en el adiestramiento es la constancia, ya que el Husky se aprovecha en seguida de los «puntos débiles» de sus propietarios.


El Husky adulto- La fase de juventud termina con la culminación de la madurez sexual.


En este punto, el Husky desarrolla durante muchos años todas sus capacidades y necesita que le exijan un alto nivel físico y psíquico. El dinamismo, la curiosidad, el carácter juguetón, la disposición por aprender y el interés por su entorno son algunas de sus características más importantes. Quien haya mostrado todo su empeño por adiestrar a su perro durante el primer año, será ahora para el Husky el líder de la manada y un compañero convincente que merecerá todo sus respetos. Si quiere que su Husky se convierta en un perro de compañía, debería inscribirlo en un curso de adiestramiento específico. También puede adiestrar a su perro para el arrastre de trineos.



El Husky mantendrá de por vida su propia idiosincrasia, y en ningún caso se dejará maltratar por nadie. Por este motivo, el adiestramiento que aún se ve en algunos campos donde se pretende instruir al perro con dureza es inapropiado para los perros nórdicos. En estas condiciones el Husky no aprenderá nada, rechazará cualquier cooperación, se asustará y quizá adopte una actitud defensiva. Los buenos cursillos son aquéllos donde se trabaja con grupos reducidos (como mucho, de diez participantes), se adopta una actitud positiva sin que medie fuerza alguna y se mantiene una constancia inalterable.



El Husky mayor- Cuando un Husky se hace mayor, hay que saber también tratarlo. Un perro al que no se le hace trabajar lo suficiente y se le da de comer en exceso, envejecerá antes que otro al que se le dispensa el trato apropiado. Frecuentemente, algunos perros con edades de 10 o 12 años, aún tiran del trineo durante largos trayectos. Incluso pueden llegar hasta los 15 años de edad o más.

Si su perro envejece rápidamente con la edad, tenga en cuenta sus nuevas necesidades y adapte la alimentación a las exigencias de la edad (página 32). Tenga en cuenta que el afán por moverse disminuye, quizá debido a problemas reumáticos o de artrosis. Tendrá menor flexibilidad, caminará más despacio, se levantará con mayor dificultad y agradecerá tener un poco más de calor corporal.

sábado, 26 de julio de 2008

Lo bueno y lo malo de un husky

La vida de un Husky puede durar 15 años, e incluso más, perío¬do durante el cual el perro se siente integrado en la «manada» humana. Durante este tiempo, ¿quiere y puede satisfacer las necesidades específicas de la raza?


El Husky es un animal de trabajo, que necesita estar ocupado permanentemente. ¿Está dispuesto a dedicarle su tiempo libre durante los próximos diez años o más? ¿Son, tanto usted como su familia, personas activas y emprendedoras que les gusta disfrutar de la naturaleza en cualquier estación del año? ¿Existen en las inmediaciones de su residencia habitual zonas apropiadas para que el perro pueda moverse con total libertad?


Los Husky son perros muy sociables, y normalmente no les gusta quedarse solos. ¿Puede garantizar que dejará a su perro solo el menor tiempo posible?



Poseer un Husky cuesta bastante dinero. Además de los gastos normales comida, los de otros productos que necesita, el seguro, etcétera, la previsión obliga a añadir los de posibles tratamientos veterinarios, por ejemplo, en caso de tener que operar al perro. ¿Está dispuesto a correr con todos estos gastos?


Lo bueno y lo malo de tener un perro husky en casa


¿Si durante el período vacacional no puede llevarse a su perro, tiene alguna persona de confianza a quien pueda dejar su Husky?


¿Sabe usted que el Husky pierde un montón de pelo dos veces al año, que dejará por toda la casa?


¿Padece algún miembro de la familia alergia a los pelos de perro?


Si desea tener varios Husky juntos, debe tener presente que aúllan de vez en cuando. Por eso, aclare bien antes con los vecinos si es realmente posible tener varios perros.


¿Tener uno o varios perros?- Siendo una raza muy sociable como es, no debería dejar a su Husky solo nunca. Si esto no fuera posible, conviene adquirir un segundo perro -aunque sea de otra raza- para que le facilite algunas cosas. Varios Husky pueden estar juntos formando una manada, aunque quizá surjan rivalidades entre los perros que no se conozcan.

Por regla general, pará tener varios Husky en una perrera hay que tener el espacio suficiente (como mínimo, 10 m2 por perro) y que esté construida de tal forma que no se puedan escapar: la valla se hará con postes metálicos clavados en hormigón y la altura de la alambrada sera de 1,80m.

© El husky siberiano